A veces la vida se atraviesa en el buen camino y las personas débiles como yo decidimos irnos con ella...
Así he ocupado muchas de mis horas en cafecitos, peñas, restaurantes y otros lugares en los que uno pretende divertirse e incluso está dispuesto a pagar por pasarse ahí el rato.
Sin embargo, a veces hay que pagar por lugares y servicios que no lo valen, y de ahí la decisión de compartir con ustedes mi envidiable opinión: lugares maravillosos, horribles, aceptables y un larguísimo etcétera.
Espero puedan compartir sus comentarios y experiencias.
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